miércoles, 18 de septiembre de 2013

¿Te ha pasado algo malo?

 
Romanos 8,28

“Por lo demás, sabemos que en TODAS las cosas interviene Dios para bien de los que le aman;”

O sea que TODO lo que le pasa a los que aman a Dios es para su bien. Por que Dios interviene para que sea así, es lo que aclara.

“Todo”, no casi todo, TODO. Y ¿a quien? A los que le aman. 

Si tu sacas a Dios de tu vida, si te sales de la protección de El, entonces lo que te pase serán cosas en las que no interviene Dios para tu bien.

domingo, 15 de septiembre de 2013

La senda estrecha

En el evangelio de Mateo Jesús dice:
«Entrad por la entrada estrecha; porque ancha es la entrada y espacioso el camino que lleva a la perdición, y son muchos los que entran por ella; mas ¡qué estrecha la entrada y qué angosto el camino que lleva a la Vida!; y poco son los que lo encuentran. (Mateo 7, 13-14)

¡Cuantas veces vemos a tantos cristianos católicos que van dejando de lado las prácticas de los sacramentos por que les exige muchas cosas que no están dispuestos a aceptar! Prefieren seguir la concupiscencia, es decir la propensión natural de los seres humanos a obrar el mal que no agrada a Dios. Así, muchos empiezan a justificar el no ir a confesarse por que el cura es mas pecador que ellos, a no asistir a misa por que se aburren y dejan con ello el tesoro de la eucaristía, a no rezar por que no tienen tiempo, o a dejar de cumplir aquel mandamiento que no les conviene cumplir.

¿Y a que consecuencia lleva a eso? Pues a dejar de creer que Dios existe (en el peor de los casos), hacerse una religión a su medida donde se sienten cómodos sin ataduras y pueden seguir llevando su estilo de vida, o a irse a otra iglesia, donde nada se les exige para “ser salvos”, puesto que en esas iglesias no hay que confesarse, te aseguran que eres salvo solo por la fe en Jesús sin tener que hacer nada mas, permiten casarse a los divorciados, puedes seguir con tu adicción a las drogas, son mas "modernas" y se “siente bonito”. Eligen el camino ancho, donde todo cabe.

¿Cómo, pues, dice el Señor en otro lugar (Mat 11:30), "mi yugo es suave y mi carga ligera"? ¿No se contradice esto con lo anterior? No, sino que dice lo del camino estrecho por la naturaleza de las tentaciones y lo del yugo suave por el afecto de los que las sufren. Porque cuando tomamos una cosa con gusto, la consideramos ligera, por muy pesada que sea. Y si bien es verdad que el camino de la salvación es estrecho a la entrada, sin embargo, por él se llega a la mayor anchura. Por el contrario el camino ancho conduce a la perdición.

Es como en las películas del escritor católico Tolkien de la trilogía del Señor de los Anillos. En la película los diversos protagonistas suelen ir por las sendas estrechas y peligrosas, como en su camino hacia Moria, el estrecho puente por donde escapan de Moria, la ciénaga de los muertos para llegar a la puerta negra, la escalera recta que sube hasta Mordor o el sendero de los muertos donde Aragorn y sus amigos entran para pedir ayuda de los muertos en el combate contra el mal (para mi es la representación del purgatorio). Y en esos caminos siempre encuentran un poderoso enemigo que se les enfrenta, y luchando, sin apartarse del camino, consiguen salir victoriosos y llegar por fin al gran final donde el rey de toda la tierra media vuelve a ser coronado y puesto a reinar para el bien de todos.


Este Rey de Reyes es Jesús y esta es nuestra meta, llegar a El por todos los caminos de nuestras vidas, aunque esos caminos a veces sean oscuros, estrechos y con tentaciones que nos atacan. No desfallezcamos por que el premio final merece la pena… merece la vida.

PD.- Dedicado a Angela que acaba de sentir en su corazón por donde lleva la senda ancha.